Fueron los Olmecas quienes inventaron la vulcanización 3000 años antes de GOODYEAR.
Por Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda – Fueron los Olmecas quienes inventaron la vulcanización 3000 años antes de GOODYEAR.
Los olmecas son una civilización de colosos sin duda, no únicamente por la enormidad de las cabezas talladas en piedra y la tecnología que desarrollaron para esculpirlas, sino también otras, como el de la vulcanización, que se define como el proceso de calentamiento del caucho crudo en presencia de azufre, haciéndolo más duro y resistente; por esto y más, los olmecas presentan un desafío a los investigadores, quiénes eran, de dónde vinieron son una de las preguntas más inquietantes. Fueron los Olmecas quienes inventaron la vulcanización 3000 años antes de GOODYEAR.
A manera de antecedente, empecemos por aceptar que la humanidad es migrante, desde la prehistoria, sea por el deseo de conocer, por la aventura o por la búsqueda de la sobrevivencia, se ha movido de un sitio a otro desde sus albores; el Homo sapiens llegó al cercano Oriente hará unos 90 000 años, donde se encontró con el Hombre de Neanderthal que huía de la glaciación y según datos, se produjo un mestizaje, que una vez iniciado no ha concluido. Luego, emigrando y emigrando llegaron a Siberia y de allí, por el estrecho de Bering, entonces un puente intercontinental, cruzaron a tierras americanas.
Los ancestros americanos cruzaron lo que denominamos Norte América y se asentaron en tierras que hoy son México y entre sus más antiguos descendientes se encuentran los olmecas, que pese a las anteriores conjeturas, que suponían habían llegado del África, no tienen vinculo genético con aquel continente; esto se fundamentaba en los rasgos de las extrañas cabezas gigantes que esculpieron en basalto, las cuales se estudian para comprender su significado. Esta sociedad reino sobre el golfo de México del siglo XIII al XV antes de nuestra era y extendió su territorio hasta el noreste de Costa Rica, se la asume como la cultura madre de todas las civilizaciones mesoamericanas; entre sus herederos se cuentan los mayas y los mexicas.
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Los olmecas tuvieron un elevado nivel de desarrollo, sin embargo desconocemos el nombre que ellos mismos se dieron, en náhuatl se les nombró Olmeca, es decir, “el pueblo del país del hule”, apelativo confirmado en el siglo XX por las pelotas de ese material, descubiertas en los sitios donde ellos vivieron y que son prueba de que utilizaron durante mucho tiempo la savia del árbol del hule (Castilla Elástica), por tanto, bien se puede afirmar que inventaron la pelota y el juego de pelota mesoamericano.
En 1528, Hernán Cortés envió a España jugadores nativos que en Sevilla asombraron al rey Carlos I (V de Alemania). Ya en el siglo XX, en el municipio de Hidalgotitlán, los arqueólogos Ponciano Ortiz y María de Carmen Rodríguez, descubrieron 12 pelotas de hule asociadas con ofrendas de hachas, unas de jadeíta, que mediante el carbono 14 se sabe datan del año 1600 a. C. Al material, la savia del árbol, se le llama hule o caucho, el hule es un hidrocarburo instaurado polimérico de origen vegetal, producido por plantas nativas del continente americano y recibe ese nombre por el árbol ulquahuill, de donde se obtiene el Ulli o Ullin en náhuatl y de ahí el nombre del juego de pelota Ulamaliztli.
Cabe agregar que se descubrió que fabricaban pelotas de hule con un cráneo humano al centro, se supone que por ser mejor su rebote al ser huecas, pero también es factible, que se deba al simbolismo ritual, que se relaciona con el ciclo de la vida y la muerte, así como el movimiento de los astros en el orden cósmico, aunque en referencia al rebote de la pelota, que emula el sonido de un aguacero fuerte, agregaba el significado de petición de lluvia, como la quema del hule en ceremonias religiosas, que por su humo negro atraía las nubes cargadas de agua (Carreón, 2006). Agreguemos que en maya-quiché, el nombre de la pelota es quic – K’ík, su traducción es sangre o savia del árbol de hule: K’ík Che.
Por otra parte, los mayas llamaban uollic a la pelota o balón de hule de forma redonda que heredaron a los toltecas, estos la designaron olóltic, que derivó a olli, voz que expresa la idea de bullir, temblar, moverse (Rémi Siméon, Dic. de la lengua náhuatl). Entre paréntesis, el símbolo Ollín es el logotipo de la Sociedad Mexicana de Bioquímica, representa el movimiento y además, de modo artístico semeja un fragmento de la doble hélice del ADN (Carreón, 2006). En lo que concierne al hule o caucho, también se obtiene de un árbol del género Hevea (Hevea brasiliensis) y el nombre caucho proviene de la resina, como la llaman los indígenas amazónicos Mainas: Cahutchu (Colmeiro, 1871).
En cuanto a las pelotas encontradas por Ortiz y Rodríguez, estaban en perfecto estado de conservación, lo cual les movió a investigar cuál era el proceso de fabricación; finalmente, se logró establecer que los olmecas mezclaban látex del árbol de hule con una enredadera, la Ipomoea alba, una liana perenne herbácea, cuyas flores son fragantes, blancas o rosadas se abren al atardecer y cierran a la salida del sol; lo trascendente es que la planta contiene sulfuros y los olmecas la utilizaron para procesar el látex del árbol Castilla elastica. Algo que no se puede obviar es que los sulfuros o el azufre contenidos en esta especie vulcanizan el caucho.
Cuadro comparativo de rasgos americanos y cabezas olmecas.
En consecuencia, los olmecas descubrieron la vulcanización, con una técnica muy anterior a la descubierta por Charles Goodyear, quien en 1839, por accidente volcó un recipiente con azufre y caucho encima de una estufa, la mezcla y denominó vulcanización al fenómeno en honor al dios Vulcano; los olmecas lo habían inventado, hace 3,500 años por lo menos, no sabemos si por accidente o de modo deliberado, lo cual es posible, ya que para obtener el azufre, trituraban la planta hasta obtener un líquido que se vertía en un recipiente sobre el látex, luego removían y mezclan hasta que se formaba una masa blanca que se torna manejable y con ella modelaban las pelotas u otros utensilios como bandas elásticas y figurillas, asimismo, era utilizada para la impermeabilización de telas y utensilios.